Los oficiales del ejército español son profesionales que han recibido una formación académica y militar de alto nivel, que les capacita para desempeñar funciones directivas y de gestión en la estructura orgánica y operativa del Ejército. Además, cuentan con valores intrínsecos como el #liderazgo, la #iniciativa, la #responsabilidad y la #capacidad de decisión, que son muy apreciados en el ámbito empresarial. Cuidado: No solo es un valor propio de los oficiales, los suboficiales y la tropa aportan estos mismos valores además de conocimientos técnicos y capacidad de trabajo bajo presión, pero es en la categoría de oficiales donde nuestras FAS se están encontrando con un problema que podría afectar a su operatividad en breve.
En los últimos años, se ha observado un fenómeno creciente de oficiales del ejército español que deciden dar el salto a la empresa privada, buscando nuevos retos profesionales y personales, así como una equiparación económica con sus equivalentes en el ámbito civil. No desvelamos ningún secreto si decimos que la estabilidad laboral y los horarios son en muchos casos envidiables en la función pública pero la disponibilidad permanente, los cambios de destino, las guardias servicios y maniobras no se reflejan de igual manera en nómina. Según datos del Ministerio de Defensa, en 2022 se registraron 1.234 solicitudes de pase a la reserva voluntaria anticipada por parte de oficiales del ejército, lo que supone un aumento del 23% respecto al año anterior[1].
¿Qué motivos impulsan a estos oficiales a dejar el ejército y qué valores ven las empresas en ellos? Ya hemos desvelado algunos de los que a nuestro juicio son clave: la búsqueda de una equiparación salarial con los ejecutivos de 15-18 años de experiencia con los que serían equivalentes en la empresa privada y la posibilidad de desarrollar su carrera en una misma ciudad sin tener que cambiar de destino cada tres años.
Este último punto, aunque a menudo es olvidado por la cúpula de Defensa es clave para muchos de ellos. El inicio de la carrera militar habitualmente se produce en capitales de provincia como Zaragoza, Córdoba, Sevilla, Valladolid, Badajoz.. y los dos primeros empleos los desarrollan en esa misma ciudad vinculándose a la misma, adquiriendo una vivienda, buscando trabajo sus parejas, teniendo hijos… pero al llegar al empleo de comandante la gran mayoría de ellos se ven abocados a trasladarse a Madrid, Barcelona u otros destinos y sus parejas no les siguen. Hace solo un par de décadas la familia entera se trasladaban, había ayudas a la vivienda y generalmente con un único sueldo era posible mantener el estilo de vida, pero hoy en día eso es impensable y los militares llegan a ver como una “tragedia” el ascenso.
Otro de los motivos que pueden influir en la decisión de los oficiales del ejército español de pasar a la empresa privada es la falta de oportunidades de promoción y desarrollo profesional dentro del ejército. Según el general Pedro García Cifo, director general de Reclutamiento y Enseñanza Militar, el ejército tiene una estructura piramidal muy rígida, que limita las posibilidades de ascenso y obliga a muchos oficiales a pasar a la reserva antes de lo deseado [2]. Además, el general señala que el ejército no puede competir con las condiciones salariales y laborales que ofrecen las empresas privadas, especialmente en sectores como la ingeniería, la tecnología o la logística[2].
Si a todo lo anterior le sumamos un nuevo modelo de oficiales que salen de la Academia General Militar directamente con un doble grado en Ingeniería y el empleo de Teniente, el deseo de aprovechar las competencias adquiridas durante su carrera militar y aplicarlas a otros ámbitos hace el resto.
Pero todavía no hemos contestado a la pregunta que daba título a este artículo, el otro lado de la moneda, ¿Qué pueden buscar los cazatalentos de las grandes empresas en estos Comandantes? Los oficiales del ejército español tienen una formación académica y militar muy completa, que abarca desde las especialidades operativas (artillería, caballería, infantería, ingenieros, transmisiones o aviación) hasta las especialidades técnicas (armamento, construcción, telecomunicaciones o mecánica) o las especialidades administrativas (intendencia)[1]. Además, los oficiales del ejército español tienen experiencia en el trabajo en equipo, el liderazgo, la gestión de recursos humanos y materiales, la planificación estratégica, la resolución de problemas o la adaptación a entornos cambiantes y exigentes [3].
Estas competencias son muy valoradas por las empresas privadas, que buscan perfiles cualificados y polivalentes para cubrir sus necesidades. Por ello, existen iniciativas como el proyecto ‘Es tu Fuerza’, impulsado por la Fundación CEOE y el Ministerio de Defensa, que pretende servir de puente entre las demandas de empleo de los militares y las ofertas de las empresas [2]. Según Fátima Báñez, presidenta de la Fundación CEOE, el talento militar puede aportar a las empresas su experiencia, capacidades y valores como el esfuerzo, el compromiso, la adaptabilidad o el trabajo en equipo [2].
Algunos ejemplos de empresas que han contratado a oficiales del ejército español son ALSA, una compañía líder en transporte de viajeros por carretera; FEMPA, una federación empresarial del sector metalúrgico; o Indra, una multinacional española dedicada a la consultoría, la tecnología y la defensa. A todos además nos viene a la cabeza el nombre de “caramelitos” como AMAZON que ofrecen carreras meteóricas para aquellos que están dispuestos a dejarse cuerpo y alma en la carrera hacia el éxito pero es verdad que este efecto que algunos han venido a llamar “el efecto Amazon” parece tener cada vez menos tirón y ser más atrayentes otras empresas con menos verticalidad en su trayectoria y que priorizan la conciliación o el teletrabajo entre sus ventajas añadidas.
Con el objetivo de unir estos dos mundos, el empresarial y el militar, Surplus Formación ha lanzado hace muy poco la iniciativa Surplus Emplea, una plataforma en plena creación que ofertará a aquellos militares que quieren buscar su futuro fuera de las Fuerzas Armadas los puestos de trabajo que más se adecúen a sus conocimientos experiencia y capacidades.