El cese del contrato en las Fuerzas Armadas es un momento crucial en la vida de cualquier militar. Sin embargo, cuando este ocurre a los 45 años, surgen una serie de problemáticas que afectan la reinserción laboral de estos individuos. A pesar de las medidas tomadas por el Ministerio de Defensa para brindar un apoyo económico, se genera una sensación de abandono por parte de la sociedad y un estancamiento en la búsqueda de empleo. En este artículo, analizaremos las dificultades que enfrenta el personal militar al finalizar su contrato a los 45 años y reflexionaremos sobre las posibles soluciones que los empleadores, el Ministerio de Defensa y la sociedad en su conjunto podrían implementar.
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Sensación de abandono: A pesar de contar con una compensación económica, el personal militar experimenta una sensación de abandono al finalizar su contrato. Durante años, han dedicado su vida al servicio de la sociedad y sienten que esta no reconoce plenamente su sacrificio. Es necesario que el Ministerio de Defensa y la sociedad en general brinden un apoyo emocional y una mayor valoración hacia aquellos que han dedicado tantos años a la defensa y seguridad del país. En otros países de la OTAN como EEUU el personal que ha servido en la Fuerzas Armadas está altamente valorado y reconocido, siendo además un valor en consideración a la hora de optar a otros puestos de la administración. Por ejemplo ¿Que pasaría si para ser celador de un hospital se reservasen el 60% de las plazas para personal militar que cambia de actividad por llegar a los 45 años? ¿Y personal laboral del Ministerio de Defensa? ¿Tan descabellado sería que se reservase el 90% de las plazas?
- Dependencia del subsidio de desempleo: El subsidio de desempleo, si bien es una ayuda económica necesaria, puede generar una mentalidad de “derecho” en el personal militar, frenando su búsqueda activa de empleo. La sensación de recibir una subvención mensual puede llevar a postergar la búsqueda de trabajo hasta que se haya agotado por completo. Es esencial fomentar programas de orientación laboral y apoyo en la transición, para que los militares comprendan la importancia de buscar nuevas oportunidades de manera temprana. Pero estos programas no pueden llegar el día después de haber cumplido los 45 años o serán totalmente inútiles, han de implementarse prácticamente después de incorporarse a las Fuerzas Armadas o a los 6 años de servicio cuando se va a pasar a tener un contrato de larga duración hasta los 45.
- Uso inadecuado del subsidio: El aumento de ingresos tras finalizar el contrato militar puede llevar a algunos individuos a utilizar el dinero principalmente en disfrutar de su tiempo libre en lugar de invertirlo en su futuro laboral. Esta actitud puede perjudicar la reinserción laboral, ya que cuando el subsidio finaliza, muchos se encuentran sin un plan de acción. Es crucial promover la conciencia sobre la importancia de utilizar este período como una oportunidad para reinventarse, capacitarse y buscar nuevas vías de empleo.
- Sentimiento de inutilidad y desajuste: El personal militar con más de 20 años de servicio enfrenta un desafío adicional al intentar encontrar empleo fuera del ámbito militar. Aunque poseen habilidades y experiencia valiosas, pueden experimentar una sensación de no ser adecuados para otros trabajos. Al mismo tiempo, buscan empleos con responsabilidad y alta remuneración acorde a su experiencia. Es fundamental que se desarrollen programas de formación y reconversión profesional específicamente adaptados a las habilidades adquiridas en las Fuerzas Armadas, para que los militares puedan encontrar empleos acordes a su experiencia y expectativas. Si desde que se adquiere el compromiso de larga duración se van metiendo objetivos de mejora de los conocimientos que permitan buscar otro trabajo al llegar a los 45 años esta transición será mucho más sencilla para todas las partes implicadas.
- La trampa del trabajo en negro: En muchos casos, el personal militar que busca empleo puede encontrarse tentado a aceptar trabajos informales o en negro. Aunque esto puede suponer una solución a corto plazo, a largo plazo implica una pérdida de poder adquisitivo y estabilidad laboral. Es necesario romper con este tabú y concienciar a los militares sobre los riesgos y las consecuencias negativas del trabajo en la economía sumergida. Al mismo tiempo, es fundamental que se refuercen las medidas de control y sanciones para aquellos empleadores que fomentan este tipo de prácticas ilegales. No nos engañemos, a los que cogen el trabajo a largo plazo les pasa factura, a los que ofrecen el trabajo les debe significar un alto riesgo de infracción y a la sociedad que es permisiva con estas prácticas les debería parecer una aberración por lo que en realidad nos cuesta a todos.
Reflexión y posibles soluciones:
Ante la problemática planteada, es evidente que se requiere una acción conjunta por parte de los empleadores, el Ministerio de Defensa y la sociedad en su conjunto para abordar eficazmente la reinserción laboral del personal militar al finalizar su contrato a los 45 años. Algunas posibles soluciones podrían ser las siguientes:
- Programas de orientación laboral: Se deben establecer programas de orientación y asesoramiento especializados para los militares a partir de los 6 primeros años de contrato. Estos programas deberían proporcionar información sobre oportunidades de empleo, ayudar a la elaboración de currículos adaptados a las necesidades del mercado laboral civil y ofrecer apoyo en la búsqueda activa de empleo.
- Reconversión y formación profesional: Es esencial desarrollar programas de reconversión y formación profesional específicamente diseñados para el personal militar. Estos programas deberían identificar las habilidades y competencias adquiridas durante su servicio en las Fuerzas Armadas y facilitar su adaptación a otros sectores laborales. Además, se deberían establecer convenios de colaboración entre el Ministerio de Defensa y empresas privadas para ofrecer oportunidades de formación y empleo a estos profesionales. Para favorecer esta colaboración las empresas que ofrezcan estos puestos podrían verse potenciadas en los contratos con el Ministerio o de los pagos a la Seguridad Social.
- Sensibilización y valoración social: Es fundamental que la sociedad reconozca y valore el sacrificio y la dedicación del personal militar. Se deben promover campañas de sensibilización para destacar su experiencia, habilidades y aportes a la sociedad. Asimismo, es necesario fomentar la colaboración entre empresas y organizaciones civiles para facilitar la contratación de exmilitares y reconocer su valía en diferentes ámbitos laborales. El Ministerio de Defensa y las Fuerzas Armadas son de las instituciones mejor valoradas de este país, pero dicho reconocimiento como conjunto todavía no se ha plasmado en las personas que forman dicha institución.
- Apoyo emocional y psicológico: El Ministerio de Defensa debe brindar un apoyo emocional y psicológico adecuado para aquellos militares que experimenten dificultades en la transición a la vida civil. Esto incluye el establecimiento de programas de atención psicológica, grupos de apoyo y espacios de encuentro donde puedan compartir experiencias y recibir el respaldo necesario para afrontar los desafíos de la reinserción laboral.
En conclusión, la problemática existente con la colocación de personal militar que termina su contrato a los 45 años requiere de un enfoque integral y de la colaboración de diferentes actores. Los empleadores deben valorar y reconocer la experiencia y las habilidades de estos profesionales, el Ministerio de Defensa debe proporcionar un apoyo efectivo durante la transición y la sociedad en su conjunto debe sensibilizarse y brindar oportunidades de empleo a este colectivo. Solo mediante una acción conjunta se podrá solventar este problema y aprovechar la necesidad de trabajadores especializados en beneficio de todos.